Usted pone sus condiciones: “Necesito tres mil euros para irme de vacaciones con mi familia a la Costa del Sol. Soy empleado de una consultora y estoy dispuesto a devolver el préstamo en un año y a pagar un interés del 7%”. En pocos días, treinta internautas amigos acceden a prestarle los tres mil euros, a razón de cien euros cada uno. En un banco normal, le hubieran cobrado unos intereses mínimos del 10% y a los prestamistas no les darían más del 5% si invierten su dinero en un depósito.
El acuerdo -que se realiza a través de Internet- es beneficioso para ambas partes. Los que prestan logran unos intereses superiores a los que ofrecen los bancos, y aquellos que obtienen dinero consiguen un préstamo a un interés inferior al que gravan los créditos bancarios.
Los P2P lending o Préstamos de Persona a Persona empiezan a suponer una amenaza para los banqueros tradicionales. El intermediario -que cobra una comisión- es un sitio web, que se encarga de realizar un control exhaustivo del prestatario y que verifica la información referida a sus ingresos mensuales, hipotecas y deudas anteriores. En caso de no pagar la deuda, se ponen en marcha acciones legales, como ocurre en la actividad financiera tradicional.
El sistema se apoya en el auge que están teniendo las redes sociales en la Red y en la antipatía que los grandes bancos provocan entre los internautas. Hay más de sesenta redes sociales en el mundo, con más de doscientos millones de miembros , lo que supone un terreno abonado para que se desarrollen estos bancos populares. Facebook ya ha puesto en marcha Lending Club para facilitar el intercambio de dinero entre sus miembros.
Emilio Botín y Francisco González pueden estar tranquilos, pero por poco tiempo, porque tarde o temprano los préstamos entre particulares llegarán a España, tras el éxito registrado en Estados Unidos y en Gran Bretaña.
Los pioneros fueron unos banqueros de la City londinense que hace unos años crearon la empresa Zopa.com, que tiene más de doscientos mil usuarios registrados, y que cuenta con filiales en Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Holanda y Canadá. Zopa -que tiene acuerdos con Equifax y Call Credit para verificar la solvencia de los préstamos- gestionará catorce millones de euros. De ellos, la compañía cobra un 0,5% de comisión anual a los inversores y otro 0,5% a los solicitantes.
El principal rival de Zopa es Prosper, una web americana que ha llevado el mundo de las subastas online al mercado financiero. Los que quieran prestar dinero a otros internautas pueden analizar cada préstamo individualmente o autorizar a Prosper para que ellos lo inviertan de acuerdo a determinadas condiciones. Fruto de esta dinámica, se produce una subasta en la que los prestamistas pueden ajustar su tipo de interés. Prosper -que ya ha intermediado préstamos por más de 120 millones de dólares con 510.000 personas registradas- acepta créditos de hasta 25.000 dólares a un tipo de interés fijo y por un plazo no superior a los 3 años.
En España no hay regulación sobre estos préstamos, aunque existen algunas compañías que han empezado a operar. Particularmente.com, por ejemplo, ofrece préstamos a 30 días a un altísimo interés para inversores desesperados que estén con la soga al cuello, mientras eurosya.com concede créditos siempre y cuando el prestatario ponga como garantía el coche, el reloj o las joyas.
La iniciativa más seria es partizipa.com, una web española fundada por dos ingenieros de 33 años en la que inversores particulares prestan dinero a emprendedores para financiar sus proyectos empresariales. PartiZipa analiza los proyectos centrándose en su viabilidad, riesgo y rentabilidad, seleccionan los más interesantes y los ofrecen a inversores particulares a través de su web.
Todavía no son una amenaza para la banca tradicional porque es difícil autentificar la identidad de los inversores y prestatarios que navegan por Internet, pero la implantación del DNI digital puede salvar este escollo.
¿No me prestaría, querido lector, dos mil eurillos?
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